Los últimos meses están siendo duros.
Pasaré de nuevo por el quirófano y estoy asustada.
De qué escribir si no.
Le doy vueltas a la hoja en blanco queriendo adornar lo que me pasa por la cabeza, atrapa mis sueños y alimenta mis pensamientos. Un sentimiento puro, el miedo.
No es melodramático ni sentimental, es frío, poderoso, distante y permeable.
El miedo que atenaza, que trae pensamientos oscuros, que me hace desear que sea este mismo día dentro de una semana, que haya pasado todo, que esté de nuevo aquí, leyendo estas líneas.
Todo irá bien, lo sé y no puedo dejar de pensar qué fuertes son aquellos que se enfrentan a miedos tres veces más grandes que el mío, que plantan cara a la batalla, se arremangan las penas y luchan por lo único que de verdad importa, vivir.
No hay nada más maravilloso que vivir.
Nuestra única verdadera posesión es el tiempo que tengamos.